Piedras Negras.- Piedras Negras enfrentaba ayer una de las peores pesadillas en su historia, tras una precipitación pluvial de 19 pulgadas en sólo 24 horas, que dejó bajo el agua a 42 colonias y cerca de 20 mil damnificados, además de daños incalculables y un caos total en esta frontera que amaneció ayer cumpliendo sus 163 años de fundación, en medio del desastre.
El gobernador Rubén Moreira, que arribó el viernes a la ciudad, dispuso anoche mantener la alerta total de evacuación con la coordinación del Ejército y dijo que hubo afectaciones en gran parte de la infraestructura en general, pero sobre todo en la educativa.
Miles de viviendas, casi totalmente inundadas, eran vigiladas por la Policía Federal y la Policía Municipal para evitar saqueos, mientras muchos afectados se negaban a abandonarlas.
El auditorio Santiago V. González fue habilitado como albergue y llegó a registrar un millar de damnificados; por la tarde, la esposa del Gobernador, Carolina Viggiano, anunció la habilitación también como albergues de dos bodegas en el Parque Industrial.
La terrible historia comenzó a escribirse la mañana del viernes con una fuerte tormenta que originó las primeras inundaciones; luego, la situación empeoró durante la noche de ese día y la madrugada de ayer, con una furiosa tormenta que se estacionó sobre Piedras Negras.
Con la luz del día afloraba el desastre. Familias enteras sobre los techos de sus viviendas, a merced no sólo de la lluvia sino de la increíble andanada de descargas eléctricas; gente nadando en las calles; vehículos arrastrados por las fuertes corrientes y los innumerables llamados de auxilio de habitantes de todos los sectores que movilizaron rápidamente a los cuerpos de emergencia.
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